Está condenada de antemano la pretensión de reflejar en cuatro columnas los momentos luminosos de una sesión plenaria con cinco expositores. Aún así, vale la pena intentar contar lo que dejó la conferencia "Problemas, novedades y desafíos del constitucionalismo iberoamericano", que ayer por la tarde eclipsó la atención de los asistentes al XI Congreso Iberoamericano de Derecho Constitucional "Jorge Carpizo".
Los disertantes Domingo García Belaunde (Perú); Marcelo Figueiredo (Brasil); Antonio María Hernández (Argentina); José Antonio Rivera Santivañez (Bolivia) y José María Serna de la Garza (México) en general coincidieron en considerar que los problemas que actualmente padecen los sistemas constitucionales iberoamericanos son, en verdad, bastante antiguos.
"Los modelos presidenciales e hiperpresidencialistas siguen siendo nuestra gran dificultad. En cuanto a las reelecciones, el desgaste de los gobernantes (que repiten mandatos) es una constante histórica", explicó García Belaunde, expositor central de la sesión.
"Tenemos democracias débiles, flacas, sin fuerza... Nuestros problemas son viejos, pero siguen siendo los mismos: populismo, corrupción, crecimiento económico sin reducción de la pobreza, etcétera. En las últimas protestas en Brasil, la población dejó el mensaje de que no está contenta con el sistema político", manifestó Figueiredo. Hernández destacó la distancia existente entre el texto legal y la realidad. "Un importante avance en el constitucionalismo latinoamericano es la afirmación de la cualidad multicultural de la estructura social y el consiguiente reconocimiento de la diversidad", propuso Rivera Santivañez. Serna de la Garza, por su parte, abordó el debate (inconcluso) entre presidencialismo y parlamentarismo, y la tendencia a usar y abusar del instrumento de los decretos-ley.